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Ya lo anticipaba el genial profesor Marshall McLuhan allá por los sesenta con su famosísimo concepto de “aldea global”. McLuhan decía que el mundo había sido reducido a una aldea gracias a la tecnología y la posibilidad de transmitir y recibir información instantáneamente desde cualquier lugar del planeta. Se refería a la capacidad tecnológica de los medios masivos y a la capacidad de acortar distancias espaciales y temporales. El mundo se volvía cada vez más pequeño a la vez que se extendían las posibilidades de comunicación, decía McLuhan.
En esto consistía básicamente el concepto de “aldea global” tan popular en su momento. Tomando el concepto desde un punto de vista filosófico, uno podría afirmar que en esencia, lo que trasmite es la idea de que el planeta es solo uno. Y la realidad es que el planeta es solo uno; eso es lo que John Lennon inmortalizó con su “Imagine” en los años ’70.
Interesante profecía de McLuhan que hoy 50 años después, vemos materializada: el mundo se ha reducido a niveles aldeanos y las distancias y límites se han difuminado como nunca antes. Los que habitamos el planeta nos somos ya ciudadanos de localidades geográficas limitadas; somos habitantes globales y tenemos por tanto responsabilidades globales.
El planeta es nuestra comunidad, debemos hacernos cargo de ella y comprometernos con la palabra y sobre todo, con la acción.
El futuro llegó y nos urge a actuar. Ya.
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